lunes, noviembre 25, 2024
INSEGURIDAD

Condenan a prisión perpetua al hombre que mató a su pareja con una “escopeta tumbera” en San Justo

Un hombre de 46 años fue condenado a prisión perpetua por haber asesinado a su pareja, el año pasado, a “facazos” y con disparos de escopeta “tumbera” en San Justo.
Norberto Rodríguez (46) fue condenado por el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 1 de La Matanza, en el marco del juicio que se realizó por el femicidio de su pareja Liliana Lezcano (50).

La sentencia fue dada a conocer ayer por los jueces Matías Rouco, Andrea Schiebeler y Alfredo Drocchi, quienes de manera unánime consideraron acreditado que Rodríguez asesinó a Lezcano (50) la madrugada del 7 de noviembre y que luego intentó deshacerse de su cuerpo.

De esta forma, los magistrados coincidieron con lo que habían solicitado en sus alegatos el fiscal de juicio Alfredo Luppino y el abogado querellante Walter Fidalgo.

En el fallo, el tribunal señaló que el imputado, “en un marco de violencia de género, munido de un arma blanca y de una tumbera calibre 12/70, le produjo a su pareja, múltiples heridas punzocortantes en su torso y extremidades” para luego dispararle “a la altura de su pecho, causándole lesiones de tal magnitud que provocaron su deceso”.

De esta forma, los jueces consideraron que la hipótesis sostenida por la defensa, la cual sugería que Lezcano se había suicidado, era “imposible”. “Las pruebas de cargo analizadas son demoledoras y destruyen la versión exculpatoria del acusado de manera contundente y abrumadora”, sostuvieron.

En ese contexto, Rouco, Schiebeler y Drocchi afirmaron que el acusado, tras cometer el hecho, “quería cortar a la víctima y enterrarla en el patio de su casa”, para “zafar de la Policía”.

“Los testigos han sido coincidentes en que el propio Norberto Rodríguez, quería cortar a la víctima y enterrarla en el patio de su casa, para no comerse el garrón de quedar preso y que se encontraba tranquilo. Aún peor, un testigo dijo que lo vio fumando un cigarrillo y que lo invitó a tomar una cerveza mientras le proponía que lo ayudara a cortar y enterrar a la víctima”, reconstruyeron.

Por su parte, el hijo de la víctima dijo estar “conforme con el fallo” y manifestó estar “tranquilo” ya que Rodríguez “va a estar toda su vida en la cárcel”.

“Estoy conforme con la Justicia. Fue un juicio bastante rápido porque estaban todo a la vista. Igualmente, no puedo decir que estoy contento porque nada me va a devolver a mi mamá. Por lo menos tengo la mente un poco más tranquila porque este animal no va a salir más”, expresó en diálogo con Télam Isaac Lezcano, hijo de la víctima, instantes posteriores a enterarse del fallo.

El debate comenzó el lunes de la semana pasada en la sede judicial de Mendoza 2417, en la localidad de San Justo, cuando el imputado declaró dos veces y en ambas ocasiones aseguró ser inocente.

“Primero dijo que no se acordaba de nada porque había tomado pastillas, drogas y alcohol, y que él la amaba y, si bien robaba, nunca mató a nadie”, recordó el letrado Walter Fidalgo.

Luego, declararon dos testigos, un vecino de Rodríguez y una mujer que era su jefa en una cooperativa.

Según Fidalgo, el vecino recordó que el acusado lo llamó para pedirle ayuda y que él fue hasta la escena del crimen donde Rodríguez le dijo que necesitaba descartarse del cuerpo de la víctima.

A su vez, la testigo coincidió en que justo antes de que interviniera la policía, el acusado se comunicó con ella y también le expresó sus intenciones de “descuartizar y enterrar” el cadáver.

Ante estos dichos, el acusado pidió declarar por segunda vez y señaló que estos dos testigos mentían.

Por último, brindó su testimonio Paula, una de las hijas de Liliana, quien recordó que su madre solía presentar golpes, aunque decía que se había caído; al tiempo que aseguró que a ella le constaba que había peleas constantes en la pareja.

El hecho ocurrió la madrugada del 7 de noviembre de 2021, en una vivienda situada en calle Thames al 3800, en el barrio Villa Constructora de San Justo, partido de La Matanza, en el sudoeste del conurbano, donde Lezcano vivía junto al imputado.

De acuerdo con los pesquisas, personal de la comisaría 1ra. de La Matanza se trasladó hasta el lugar tras ser alertados por vecinos del barrio.

Al arribar, los efectivos hallaron a Lezcano muerta, sobre un charco de sangre en su dormitorio, y aprehendieron a Rodríguez.

Las fuentes señalaron que la mujer presentaba múltiples lesiones provocadas por armas blancas de fabricación casera tipo “faca”, que se secuestraron en el lugar, al igual que una escopeta “tumbera” con cartuchos 12/70.

Al respecto, el hijo de Liliana contó lo sucedido aquella madrugada: “Mi mamá intentó salir de su casa y él le disparó por la espalda a la altura del muslo izquierdo. Después la arrastra al interior de la casa. Y ahí la remata con una escopeta en el piso”.

Los peritos que trabajaron en la escena del crimen indicaron que el asesino también intentó desmembrar el cuerpo de la víctima para posiblemente trasladarlo u ocultarlo con mayor facilidad.

Por su parte, Rodríguez confesó en primera instancia el hecho ante el fiscal Federico Medone, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) de Homicidios de La Matanza.

“Estaba drogado y me la mandé”, señaló en aquel entonces ante el fiscal, aunque en el juicio cambió su versión y dijo que no se acordaba de nada.

También reconoció en el debate que él tenía dos escopetas tipo “tumberas” en el taller que funcionaba en la parte delantera del terreno donde se ubicaba la casa en la que convivía con Lezcano.