viernes, diciembre 13, 2024
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Sólo una de cada 100 familias adoptantes recibiría adolescentes y la mayoría prefiere bebés

(Por Evangelina Bucari).- La mayoría de las niñas y niños en situación de adoptabilidad, tienen un promedio de edad superior a los 8 años, sin embargo, una gran cantidad de familias adoptantes inscriptas en los registros desean bebés y solo una de cada 100 recibiría adolescentes, aseguró el director nacional del Registro Único de Aspirantes a Guarda con Fines Adoptivos (Dnrua), Juan Jeannot.

El funcionario dijo que escuchó una y otra vez la misma frase: “Hace mucho tiempo que estoy anotado y no me llaman”, por eso subrayó que es necesario que los postulantes conozcan las estadísticas y entiendan que “la adopción es el derecho de los niños, niñas y adolescentes a crecer, vivir y desarrollarse en una familia”. 

En este sentido, consideró que “es fundamental trabajar sobre la disponibilidad adoptiva de los postulantes”, es decir, que piensen en inscribirse para adoptar a chicos y chicas “más grandes” o grupos de hermanos. 

Y a eso, exactamente, apunta la nueva campaña “Crecer en familia es un derecho”, lanzada en estos días por el Ministerio de Justicia junto a la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia (Senaf).

¿Cuál es el principal desafío de la adopción en la Argentina? 
Poder encontrar familias para los niños, niñas y adolescentes que están privados de cuidados parentales y tienen declarada la situación de adoptabilidad, que en su mayoría son mayores de 8 años, grupos de hermanos, o tienen alguna discapacidad. 
Hoy tenemos una situación de desencuentro; por un lado, todos esos niños, niñas y adolescentes y, por otro, postulantes con voluntades adoptivas muy acotadas, dispuestos a adoptar a niños más chicos. 
Ahí es donde se produce el desencuentro. Uno escucha el enojo de muchas familias que dicen “hace mucho tiempo que estoy anotado y no me llaman”. Y esto tiene que ver con estas situaciones.

En las charlas ¿cuáles son los “mitos” que más escuchan?
El primer gran mito es que adoptar en la Argentina es imposible y muy burocrático. Y justamente, está relacionado con ese desencuentro que mencionaba.
Hoy tenemos 2.427 familias inscriptas en el país, que pueden ser solicitadas por cualquier juzgado; y hay 2.199 niños, niñas y adolescentes esperando. Los números son muy parecidos, entonces uno dice ¿por qué?, ¿qué está pasando? Y la respuesta está en las voluntades adoptivas. Si alguien se inscribe para un niño o niña de 12 años, probablemente lo llamen de muchos juzgados y enseguida. 

¿Qué medidas se están tomando para abordar ese gran desencuentro?
El objetivo principal es visibilizar la realidad de la adopción en la Argentina, por eso se pensó y se acaba de presentar una campaña nacional de adopción hecha en conjunto por el Ministerio de Justicia de la Nación y la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia, dependiente del Ministerio de Desarrollo Social. Es histórico que dos ministerios estén trabajando juntos en este tema. 
La Senaf hace relativamente poco tiempo presentó el relevamiento de niños privados de cuidados parentales. Se cruzó esa información con las estadísticas de la Dnrua de todas las familias inscriptas del país y con esos datos se pensó esta campaña.

¿Qué busca visibilizar la campaña “Crecer en familia es un derecho”?  
Principalmente, sensibilizar sobre la temática, la disponibilidad adoptiva, y darle visibilidad a estos niños, niñas, adolescentes que están en situación de adoptabilidad y esperan una familia.

¿Cuál es el rol específico de la Dirección Nacional del Registro Único de Aspirantes a Guarda con Fines Adoptivos?
La Dnrua se creó con el objetivo de formalizar una base de datos de todas las familias inscriptas del país. Luego se formó la Red de Registros Federal, a la que fueron adhiriendo todas las provincias. En el 2017, Catamarca fue la última provincia en adherir, así que todo el país está en red por lo que la persona interesada en adoptar se inscribe en el registro de su domicilio y el alta es válida en todo el país. 

Para que los postulantes puedan entender qué implica la adopción y quiénes son realmente las chicas y chicos que esperan, ¿considera necesario que la inscripción requiera la concurrencia a un taller obligatorio previo?
Como primera medida sugeriría que se acerquen a su registro local donde les explicarán todo. Desde Nación, todos los meses damos charlas abiertas a la comunidad para personas interesadas en adoptar o en la temática, que a partir de la pandemia son virtuales. 
Explicamos cómo es el sistema, los requisitos, desmitificamos varias cuestiones y mostramos las estadísticas de las familias inscriptas. 
Poco a poco se va entendiendo que la adopción es el derecho del niño a tener una familia y el cambio de paradigma de ver al niño, niña y adolescente como sujeto de derecho, a darle importancia a su voz y al derecho a ser oídos en todo el proceso adoptivo.

¿Cómo se pueden prevenir las vinculaciones fallidas?
Es fundamental trabajar una espera activa con las familias postulantes, con charlas en relación a la identidad, a las historias de origen, a las características de las niñas, niñas y adolescentes; respetar los tiempos de la vinculación y también que haya un equipo acompañando. 

Usted mencionó la importancia de los tiempos de la vinculación ¿en qué radica?
Es la etapa más importante de todas y que tiene que ser gradual, porque son muchos cambios para ese niño, niña o adolescente. Entender y comprender por qué no puede vivir con su familia de origen le lleva mucho tiempo, porque por más que haya atravesado situaciones muy complejas también, a veces, tienen lindos recuerdos. 
A veces se les exige mucho a esos niños. Cuando llega la guarda tienen que hacer nuevos amigos e irse del hogar donde vivían, donde fueron reparando situaciones de dolor. Tienen que adaptarse, no solo ellos, también los adultos a esta nueva modalidad familiar.

¿El deseo de un bebé es una de las razones por la que las prácticas ilegales son aún frecuentes que hace que muchas personas no lo vean como algo ilegal?

Hay que informar con claridad que la compraventa de bebés y las entregas directas son una práctica ilegal en la que prima una mirada adultocentrista, objetivizante de los niños y que nada tiene que ver con la adopción. 
Hay que advertir que uno de los requisitos fundamentales para adoptar es hacerlo a través de la inscripción en el Registro Único de aspirantes a guarda con fines adoptivos. 
Desde el Poder Ejecutivo Nacional, se envió al Senado un proyecto de ley que por primera vez tipifica y sanciona la compraventa de niños, niñas y adolescentes, con el propósito de incorporar esa figura al Código Penal.

Frente al desencuentro entre los postulantes y muchos de los chicos y chicas considerados “más grandes”, algunos juzgados deciden hacer una convocatoria pública, una instancia que no es obligatoria ¿Considera que debería serlo?
Las convocatorias públicas son una facultad de la Justicia cuando no se hallaron legajos en la red de registros. De todas formas, sugerimos que cada seis meses vuelvan a revisar porque la base es dinámica. Se van inscribiendo nuevas familias y otras modifican su voluntad adoptiva.

Entre los reclamos de las familias está el tema de la gratuidad del proceso en la etapa del juicio de adopción ¿Se está pensando hacer alguna modificación al respecto? 
Después de la guarda llega el juicio de adopción, la única instancia donde se necesita de un abogado. La ley propone que el juez, de oficio, pueda pedir la adopción, a veces lo hacen, y si no, la familia puede contratar un abogado. Ahí tenemos el problema, porque lo que nos han contado muchas familias es que les cobran por cada niño, y en los grupos de hermanos termina siendo costoso. Por eso sugerimos que se acerquen al Colegio de Abogados o a la red de patrocinio jurídico gratuito de los Centros de Acceso a la Justicia. 
Desde Nación entendemos que si el Estado es garante de restituir los derechos de esos niños, niñas y adolescente se tiene que pensar cómo acompañarlos también en esa instancia, que es la etapa final.