El incendio de un depósito de plástico y cartón en La Tablada sólo causó daños materiales
El hongo incesante de humo negro que no cesaba de mezclarse con las nubes de un cielo que alternaba con nubarrones que presagiaban mal tiempo, alertaron y atemorizaron a los vecinos de Ramos Mejía ante la certeza de que un incendio acechaba alguna propiedad no tan lejana.
Las sirenas de los autobombas que partían del cuartel central de Bomberos ubicado en la ciudad corroboraban que el incendio era de magnitud. Y es que ayer por la mañana, en la vecina localidad de La Tablada, un depósito de plástico y cartón ubicado entre la calle Catriel y Chiclana al 4775 ardió en llamas y provocó el derrumbe de una parte del techo.
Alrededor de las 10:00 llegaron autobombas hasta completar las 10 dotaciones, que tuvieron que trabajar arduamente para controlar el fuego y que no se expandiera hacia las casas lindantes, pero también para evacuar a los vecinos que vivián en las cercanías de la fábrica.
Pero tal vez el momento de mayor zozobra fue cuando los responsables del operativo recibieron la información de que una persona podría estar en la propiedad, aunque el rastrillaje efectuado por los bomberos no arrojó indicios de que hubiera ocupantes en el interior de la fábrica consumida por el fuego.
Una vecina del lugar señaló a un movilero de televisión, atraído por el humo que se dejó ver en algunos barrios de la ciudad de Buenos Aires, que “no hay heridos por el hecho, sino vecinos que se auto evacuaron”.
El jefe de bomberos de La Matanza, Daniel Bonego, en diálogo con la prensa señaló que a pocas horas de la llegada de las primeras dotaciones habían evacuado la cuadra y confirmó que “el incendio se produjo en la planta baja del depósito”.
“Tenemos una fábrica de plásticos de 80×100 metros, con un fuego en la base, en la zona del depósito, donde está la materia prima. Son plásticos, solventes, máquinas. Hay peligro de derrumbe de las paredes linderas a la fábrica”, expresó.
Asimismo, remarcó que cuando comenzó el primer foco de incendio “la fábrica estaba cerrada”.
La mañana del domingo se vio alterada por uno de los sucesos que más temor causa en la comunidad: la pérdida de vidas y de las casas a causa del fuego. A pesar de que la zona es ocupada por fábricas, los vecinos que habitan en las cercanías sólo fueron afectados por las nubes espesas formadas por el fuego entremezclados con los productos guardados en los depósitos de los establecimientos, que atemorizó al vecindario en un día de descanso que no fue igual a cualquier otro.