sábado, noviembre 23, 2024
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Grooming: la pedofilia como enemigo público de los niños, niñas y adolescentes en Internet

Por Hernán Navarro, abogado y fundador de Grooming Argentina.

Cada 13 de noviembre se reflexiona acerca del “Día nacional de la lucha contra el grooming” en Argentina, instituido a partir del año 2018 mediante lo dispuesto por la ley 27.458. Este año singular y nos debe interpelar e invitar a reflexionar sobre el estado de situación actual en relación al delito “de mayor gravedad de este siglo” hacia los niños, niñas y adolescentes en el ecosistema de internet. Es un año particular para esa reflexión dado que representa el primer año de “postpandemia”, situación que adelantó la transición de las sociedades en materia digital y que exacerbó los índices en términos de victimización.

Los resultados que nos arrojan los datos obtenidos mediante las métricas que pudimos alcanzar desde Grooming Argentina producto del trabajo territorial que llevamos a cabo en todo el país, muestran números ascendentes en referencia a la victimización y acerca del estado de vulnerabilidad permanente en el cual los niños, niñas y adolescentes conviven en el mundo digital, motivo por el cual estamos requiriéndole a la sociedad y comunidad en su conjunto, elevar los niveles de concientización y acción frente a la protección y prevención primaria de este delito. 

Estamos ante una generación de niños, niñas y adolescentes que enfrenta un doble estándar de vulnerabilidad: la nula percepción del peligro en Internet y la ausencia de educación digital, son dos vértices que hoy convierten a las infancias y adolescencias en un estado de alto grado de vulnerabilidad permanente y potencial estado de víctima. En términos claros y vulgares: los chicos y las chicas no saben a qué peligro se enfrentan en internet y ninguna persona adulta responsable logra explicárselo con claridad.

Cuando me atravesó la idea de fundar Grooming Argentina en el año 2014 se me presentó al instante una profecía autocumplida, es decir, una interpretación anticipada de lo que iba a ocurrir según mi creencia previa y con la poca información de aquel entonces respecto de “a quién o a quienes” nos estábamos enfrentando efectivamente, recuerdo haber proyectado la idea de que un perfil de estas características podría simplemente en minutos, dañar profundamente el campo emocional, por enden, la vida de cualquier niño o niña; lo que nunca imaginé es que esa visión que me tocó escalar iba a ser tan profunda en los niveles de perversión que estamos conociendo en este año 2022. En estas épocas, el monstruo de la pedofilia creció notablemente a raíz de la tormenta perfecta que se originó durante el año 2020 y 2021, degradando silenciosa y diariamente el tejido social de manera continua.

Según nuestras mediciones a partir de este año 2022 los niños, niñas y adolescentes de entre “9 y 17 años” pasan en promedio más de 6 horas diarias conectados. Al verse exacerbados los períodos de conectividad, se torna oportuno y de vital importancia hablar de un quiebre que nos permita reconocer y, a su vez generar, una nueva instancia de construcción de ciudadanía digital. Un proceso que promueva una efectiva convivencia digital, en el que se planteen pautas y se generen consensos familiares, fortalecido en medidas de resguardo y seguridad, tal vez, con más rigurosidad que antes bajo el entendimiento de que toda actividad en la que intervenga un adulto, de manera no consentida y no apropiada para la edad de un niño, niña y/o adolescente, que tenga que ver con su sexualidad, es considerado globalmente como un abuso. 

En este sentido, el desafío postpandemia debe venir acompañado de una fuerte impronta que busque un verdadero cambio de fondo bajo el entendimiento de que “a una red, la combatimos con otra red”, es por ello que desde Grooming Argentina dimos un salto superador hacia la creación de la primera red global con actuación en América latina, denominada “Grooming LATAM” conformada por un conjunto de organizaciones de distintos países de la región latinoamericana bajo la premisa de enfrentarnos a un “delito que no reconoce de fronteras”.

Día a día invitamos a la sociedad a construir esa otra red, mucho más poderosa, que nos permita darle batalla diaria al enemigo público: La pedofilia expresándose a través de las nuevas tecnologías.