viernes, noviembre 22, 2024
EL ASESINATO DEL KIOSQUERO

Inhumaron los restos del kiosquero Roberto en el cementerio de Morón

Pedro, el padre del kiosquero Roberto Sabo, en medio de un ataque de llanto alcanzó a decir “El dolor sigue”, en el momento en el que el cortejo fúnebre marchó desde la casa de sepelios donde velaron a su hijo para dirigirse al cementerio municipal de Morón.

Acompañado de su esposa y madre de Sabo, de sus dos nietos Nicolás y Tomas, además de otros familiares y vecinos se dispusieron a darle el último adiós a Roberto, asesinado el último domingo en Ramos Mejía.

Tal vez el momento más emotivo del ritual fue la ovación que medio centenar de personas que asistieron al cementerio le brindaron a la víctima de un crimen innecesario cuando el ataúd fue depositado en un nicho.

“”Justicia por Roberto”, fue el último grito escuchado por los que acompañaron a los familiares a transitar la última etapa de la ceremonia, a la que le siguió un silencio tenso que invadió el ambiente.

“Mi hijo era como yo, arreglaba todo en la casa, ahora me quedé solo para estas cosas”, dijo Pedro, quien se encontraba muy conmocionado y que no podía controlar el llanto ante cada palabra.

La despedida de los restos de Roberto comenzó el martes alrededor de las 17:00, cuando la familia llegó a la casa velatoria luego de que le entregaran el cuerpo tras la operación de autopsia, que indicó que la víctima recibió cuatro disparos efectuados con un arma calibre .22 en la zona del tórax, lo que le produjo la muerte casi en el momento.

La esposa del kiosquero, Patricia Giglio, dijo a Radio del Plata, que espera que al asesino “le den prisión perpetua”. La mujer recordó que el último robo que sufrieron fue hace ocho años, cuando delincuentes los encerraron a sus suegros en un baño del kiosco y se llevaron la plata.

“Podemos decir que fue un robo de lujo porque no lastimaron a nadie. Ahora, a veces, ni siquiera llegan a llevarse algo y te pegan un tiro, parece que se les atrofió más la mente o quieren ir por más. Cada vez son más jóvenes, parecen que nacen con un arma en la mano”, sostuvo.