Tierra del Fuego es la primera provincia que prohíbe la cría de salmones en cautiverio
La prohibición de la cría de salmones en cautiverio en el Canal de Beagle desató una polémica que inclusive llegó al interior del Gobierno nacional. La ley aprobada por unanimidad en Tierra del Fuego antepone la necesidad de preservar los recursos naturales frente a una industria con gran potencial económico pero perjudicial para el ambiente.
Por Matías Alonso – Agencia TSS
La semana pasada, la provincia de Tierra del Fuego aprobó la Ley 23/2021, mediante la cual se prohibió el cultivo y producción de salmónidos en sus aguas jurisdiccionales, “a fin de asegurar la protección, preservación y resguardo de los recursos naturales, los recursos genéticos y los ecosistemas lacustres y marinos”.
La decisión fueguina despertó una polémica que inclusive se reprodujo dentro del Gobierno nacional, donde se chocaron las posturas del ministro de Ambiente, Juan Cabandié, quien aplaudió la medida, y la del ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, quién la criticó por extremista y opinó que las actividades productivas deben ser reguladas y no prohibidas.
El ejemplo más cercano de esta actividad productiva está en Chile, país que exporta su producción de salmones de criadero por un monto de alrededor de 5000 millones de dólares anuales, similar a lo que representan para la Argentina las exportaciones de carne vacuna.
La contrapartida de los beneficios económicos de esta industria es su impacto ambiental. La cría intensiva de salmones implica el uso de alimentos balanceados y antibióticos que, junto con los desechos de los salmones y las roturas que se generan en las jaulas que los contienen, terminan en el fondo del mar. Esto afecta la vida debajo de las jaulas ya que termina reduciendo el oxígeno disuelto en el agua, por lo que es necesario mudar las jaulas a un nuevo lugar después de un tiempo.
En 2018, el entonces presidente Mauricio Macri, junto con la entonces gobernadora de Tierra del Fuego, Rosana Bertone, firmaron un acuerdo con representantes de empresas noruegas para hacer estudios de factibilidad para la instalación de salmoneras en esa provincia. A partir de ese momento se realizaron movilizaciones y seminarios para demostrar los problemas que este sistema productivo había generado en Chile y hasta parte de los restoranes de ese provincia dejaron de servir salmón.
Ana Prado, guía turística de la provincia y activista en contra de la instalación de las salmoneras, le dijo a TSS: “Se sabe que se iban a sacrificar ecosistemas para instalar salmoneras. Asistí a una audiencia judicial en la que el Gobierno debía presentar los resultados del estudio luego del plazo de 180 días que acordaron pero nunca lo pudimos ver”.
Otros problemas que se presentan con este tipo de producción tienen que ver con su impacto en la fauna del mar. Los lobos marinos se ven atraídos por los salmones y pueden llegar a romper las jaulas para alimentarse. Un accidente que implique la rotura de esta contención implica, por un lado, la fuga de cientos de miles de peces exóticos (el salmón rosado es originario de América del Norte), cuya gran voracidad lo vuelve un competidor para las especies nativas y puede hacer que disminuya la población marina autóctona. Además, las jaulas rotas muchas veces terminan abandonadas en el fondo del mar, donde se van acumulando.
“Los economistas de Buenos Aires están enojados con esta decisión pero es muy distinto lo que se ve desde Tierra del Fuego. El Canal Beagle es uno de los lugares mejor conservados del mundo y el turismo es una de las actividades más importantes de Ushuaia. La navegación por el Beagle es la segunda más elegida después del paseo por el Parque Nacional. El canal también es la entrada de los cruceros que visitan la ciudad de Ushuaia, que todos los veranos traen más de 3000 pasajeros, algunos de cruceros antárticos. Eso genera una gran entrada de divisas y ofrece muchas fuentes de trabajo”.
El proyecto fue presentado por el legislador Pablo Villegas, del Movimiento Popular Fueguino, y fue aprobado por unanimidad. Consultado por TSS, Villegas dijo: “Tomamos la decisión de prohibir la salmonicultura a escala industrial en lagos o en el litoral marítimo porque apostamos a un modelo de desarrollo económico sostenible y basado en el turismo, que genera beneficios de manera directa e indirecta a los fueguimos. El más de medio millón de turistas que llegan a Tierra del Fuego disfrutan los diferentes servicios turísticos y vienen a disfrutar de las bellezas naturales. No vienen a venir a visitar grandes canchas de fótbol en el mar adonde se crían miles de salmones”.
La norma sigue permitiendo la producción de otros salmónidos, como la trucha arcoíris, la marrón y la de arroyo. Este es un tipo de peces que se crían actualmente en la región para ser liberados en ríos y lagos para favorecer la pesca deportiva.
Según Villegas, la aprobación de esta ley “tiene que ver con una política ambiental, una decisión institucional contundente de decir que no queremos este modelo productivo porque queremos ejercer nuestro derecho constitucional de vivir en un ambiente sano y con un desarrollo sostenible”.
En solo tres años, se pasó de un esquema de incentivos estatales para la instalación de este tipo de producción en Tierra del Fuego a la prohibición total. Consultado por este cambio tan rotundo, Villegas explicó: “En esto tuvo mucho que ver la visibilización y la concientización social que generó la participación activa de muchos actores sociales de nuestra comunidad. Desde representantes de organizaciones ambientales, de organizaciones y referentes sociales, entre todos ayudaron a transmitir cuáles eran las razones del no a la salmonicultura en este tipo de escala y en este lugar”.
En el mismo sentido, Prado dijo: “El cambio de postura del Gobierno sobre el tema de las salmoneras lo conseguimos gracias a la presión social. Con el apoyo de Pristine Sea (de National Geographic) y fundaciones (como Greenpeace y la Fundación Rewilding) hicimos un encuentro muy grande al que asistió mucha gente, eso acercó a muchos políticos. La voz del pueblo y las ONGs tuvo mucho peso”.