Cómo será el Centro Cultural que se inaugurará en la casa natal de María Elena Walsh
María Elena Walsh vivió en Ramos Mejía parte de su niñez y adolescencia, justo en el momento en el que comenzó a trascender su nombre, por eso hay una asociación indisoluble entre la ciudad y la escritora, compositora y cantante.
Pero la artista nació el 1° de febrero de 1930, a las 8 horas y 5 minutos en la casa ubicada en la antigua calle Camino de Caseros y que hoy tiene el nombre de Tres de Febrero, número 547, de Villa Sarmiento.
Allí transcurrieron sus primeros 12 años de vida hasta que su padre se jubiló y tuvieron que mudarse a un lugar más pequeño en Ramos Mejía, pegado a la vivienda de la familia de Juan Alberto Badía.
Los años transcurridos desde el nacimiento de la reconocida compositora en su casa natal hasta 1942, son los que pretende recuperar el Municipio de Morón mediante el proyecto de reconversión de la vivienda en un espacio cultural y centro comunitario.
El proyecto se pudo concretar debido a que Estado Nacional adquirió y cedió el inmueble a la comuna de Morón, en tanto, la empresa Majo Construcciones SA ejecuta la obra al ganar la licitación pública por alrededor de 88 millones de pesos.
La remodelación de la casa, que está en etapa de ejecución y concluirá en ocho meses, prevé la recuperación de la fachada original y del patio central, pero además, la reconstrucción integral de todas las dependencias que se convertirán en seis salas para muestras y eventos, en un amplio Salón de Usos Múltiples, galerías y pasillos para exposiciones y actividades artísticas.
Uno de los puntos de la casa que se podrá visitar es la biblioteca, en la que estarán las obras que Walsh leía en su niñez y adolescencia, como las de Charles Dickens y Julio Verne, entre otros clásicos de la literatura.
El patio, un lugar clave para la artista, no se verá como en la primera mitad del siglo XX, con gallinas picoteando granos, ni con el limonero, los naranjos ni y el jacarandá inmortalizado en una de sus canciones.
Aunque la intención de la restauración es rescatar los pisos de cerámicas españolas, las aberturas de madera, los coloridos azulejos; la cocina, que está al fondo, tal como se las ubicaba entonces; un juego de dormitorio que tal vez haya sido de los padres de María Elena y las arañas, entre otros objetos que están recuperándose para ser exhibidos.
En tal sentido, el intendente de Morón, Lucas Ghi, sostuvo que “la idea no es restaurarla como estaba cuando vivía ella porque no se tienen registros certeros de esto ya que pasaron muchos años y vivieron allí otras personas, pero sí se buscará reacondicionarla, ampliar el lugar para recrear el espíritu de la obra de María Elena a través de lo lúdico, lo recreativo y lo emocional”.
La casa fue adquirida por el padre de la artista en 1923 a The Buenos Aires Western Railway Limited, cuando trabajaba como contador en la estación de Ramos Mejía y se casó en segundas nupcias con la madre de la artista.
La compositora en su libro Chaucha y Palito recordó momentos que vivió en Villa Sarmiento: “Junto a la casa grande habían instalado un manicomio. Los pobres enfermos cantaban y peroraban a grito pelado todo el día y de noche nos aterraba su vecindad. A veces, por arriba del alto muro que reemplazaba a un democrático alambrado con puerta y todo, los locos nos tiraban regalitos: muñecos de papel plateado, higos verdes envueltos en un retazo, cajas de fósforos decoradas con pinturitas”.
El recuerdo hace referencia al neuropsiquiátrico La Chapelle, que por un lado le hacía sentir “la atracción del peligro, pero por otro le daba terror”, según le dijo María Elena a la escritora Gabriela Massuh en el libro Nací para ser breve, sobre la vida y obra de la cantautora a partir de una serie de reportajes realizados entre 1981 y 1982.