lunes, diciembre 2, 2024
MUNICIPIO

El jurado popular halla culpable a dos policías por “homicidio en exceso” del cumplimiento del deber

Dos policías fueron hallados hoy culpables por un jurado popular de matar en exceso del cumplimiento del deber al joven Lucas Verón tras una persecución en la localidad de González Catán, en julio de 2020, y uno de ellos además por el intento de homicidio de un amigo, por lo que podría recibir una pena de más de 25 años de prisión.

Se trata de Cintia Duarte y Ezquiel Benitez, una pareja de policías bonaerenses que llegó detenida al juicio y que fue hallada “culpable” del delito de “homicidio por exceso en el cumplimiento funcional” de Verón (18), que prevé una pena máxima de 5 años de cárcel.

Pero en el caso de Benítez, el jurado popular también lo halló culpable de “homicidio agravado en grado de tentativa” en perjuicio de un joven que estaba con Verón, Marcos Aguirre, hecho por el cual podría recibir una condena de entre 10 y 25 años de cárcel, que se sumaría a la impuesta por el crimen del joven, ya que ambos hechos fueron cometidos en concurso real.
Por ese segundo ataque al amigo de Verón, la policía Duarte fue absuelta por el jurado popular.

El veredicto se conoció el pasado martes luego de una maratónica jornada de debate de casi 24 horas, que se realizó en el Patio de las Américas de la Universidad Nacional de La Matanza y que estuvo a cargo del juez técnico del Tribunal Oral en lo Criminal 4 de La Matanza, Gerardo Gayol.

Hoy se realizará la audiencia de cesura, en la que el magistrado dictará la pena que deberá cumplir cada uno de los policías, adelantaron las fuentes.

El debate por este caso de violencia institucional ocurrido el 10 de julio de 2020 en pleno Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio (Aspo) por la pandemia de coronavirus se inició el martes a la mañana con la elección de los 12 jurados titulares y los seis suplentes y se extendió durante toda la noche y esta madrugada, hasta que a las 6 el jurado pasó a deliberar.

Poco antes de las 8, los integrantes de ese cuerpo civil dieron a conocer su decisión. La fuentes detallaron que para arribar al veredicto, los jurados debieron responder en cada caso a una grilla en las que se les daba el nombre de cada uno de los acusados y los delitos que les imputaba la fiscalía, la querella y la defensa.

En el caso de Benítez, debieron decidir si el homicidio de Verón lo cometió en exceso de sus funciones (como planteó la defensa) o agravado por ser policía (como dijo la fiscalía y la querella), así como también en cuál de esas situaciones cometió la tentativa de homicidio de Aguirre.

Lo mismo debieron evaluar en el caso de la policía Duarte, absuelta del ataque cometido contra el amigo de Verón y condenada solo por el homicidio en exceso de funcionalidad del joven fallecido.

Como la decisión del jurado es “inmotivada”, es decir que no se debe explicar por qué se adoptó, será una incógnita el motivo por el cual el policía Benítez fue culpabilizado de un homicidio en exceso de sus funciones y de una tentativa de homicidio agravado (ambos delitos prevén penas muy distintas) si los dos hechos se cometieron en una misma secuencia.
Incluso, podría suceder que ese policía reciba una pena mayor por el ataque contra el joven que sobrevivió que por el homicidio de Verón, explicaron.

“La expectativa por el resultado de este juicio parte de la necesidad de construir una reparación integral a las familias que sufrieron graves violaciones de derechos humanos. No puede haber ambigüedades, la respuesta por parte de los diferentes poderes del Estado debe ser claro y preciso: acompañar a las familias, esclarecer los hechos y condenar a los responsables para evitar la impunidad”, expresó el subsecretario de Derechos Humanos de la provincia de Buenos Aires, Matías Moreno. 

Durante el debate, el joven que sobrevivió al ataque policial aseguró al declarar que los oficiales no les dieron la voz de alto, que aceleraron la moto porque los quisieron chocar con el patrullero y se asustaron y que tras ello les efectuaron “cuatro disparos”.

Antes, el fiscal del juicio, Sergio Antín, presentó el caso frente al TOC 4 y los miembros del jurado diciendo: “Van a escuchar una historia triste, de gatillo fácil”.

Ambos policías fueron acusados por la fiscalía del delito de “homicidio agravado por ser cometido por un miembro de una fuerza de seguridad y por el uso de arma de fuego”, el primero en el caso de Verón y en el segundo de Aguirre, quien era menor de edad al momento del hecho. De haber sido hallados culpables de esos hechos hubiesen sido condenados a prisión perpetua.

El amigo de Lucas, Marcos, se sentó ante el jurado popular y unas mil personas, entre familiares y alumnos de la universidad que desbordaban la sala, y relató que esa noche concurrió a la casa de su amigo para festejar su cumpleaños 18.

“A la noche jodimos entre amigos, salimos a tomar aire al patio y vemos que pasa un patrullero y nos miran, no le dimos bola y entramos”, recordó Aguirre, quien luego añadió que decidieron ir con la moto junto a Lucas a comprar gaseosas y alguna bebida energizante.

El joven sostuvo que “como no había nada abierto” por el aislamiento por el coronavirus, regresaron a la casa de Lucas, pero en ese momento se encontraron “con un patrullero con las sirenas y luces apagadas” que los “quiso chocar”.

“No nos dieron una orden de alto, nos asustamos y acelero, era la primera vez que nos pasó algo así. Nos subimos a la vereda y el patrullero nos persiguió tirando cuatro tiros”, dijo.
Según le explicó al jurado, primero hubo dos disparos y luego otros dos cuando cayeron de la moto.

“Lucas corría adelante y yo atrás, él trastabilla y cae, lo paso y vuelvo porque no venía más”, dijo el joven, quien contó que fueron al hospital y después ya lo vio a Lucas “en la camilla ya sin vida”.

El testimonio de Aguirre culminó con aplausos por parte del público, aunque el juez Gayol reprendió a los presentes y amenazó con desalojar la sala si se volvía a repetir.

Antes de Aguirre, había pedido declarar el policía Benítez, quien admitió que participó de la persecución en un móvil “con las balizas apagadas” y que efectuó dos disparos porque pensó que los jóvenes estaban armados, aunque dijo que tras el hecho se retiró del lugar sin asistirlos porque creyó que no había herido a nadie.