El documental “El juicio” crea una nueva e impactante narrativa sobre los crímenes de la dictadura
(Por Hugo F. Sánchez) El estreno del documental “El juicio”, de Ulises de la Orden, que aborda el Juicio a las Juntas militares por delitos de lesa humanidad durante la última dictadura, mantiene en agenda, al igual que la ficción “Argentina, 1985”, la necesidad de renovar la memoria sobre el período más oscuro de la historia del país.
Estrenada en el Malba – se puede ver en la misma sala todos los viernes de abril a las 20- luego de su premiere mundial en el reciente Festival de Berlín, “El juicio” es un minucioso y estremecedor recorrido sobre el accionar de la dictadura entre 1976 y 1983 a partir del registro que hizo la entonces Argentina Televisora Color (ATC), de las 90 jornadas del proceso llevado a cabo entre el 22 de abril y el 9 de diciembre de 1985 y en el que se llegó al histórico fallo condenatorio de los comandantes.
Fue reclusión perpetua para el general Jorge Rafael Videla y al almirante Emilio Eduardo Massera; 17 años al general Roberto Eduardo Viola; ocho años al almirante Armando Lambruschini; y a cuatro años y seis meses de cárcel al brigadier general Orlando Ramón Agosti. En tanto, el general Leopoldo Fortunato Galtieri, el almirante Jorge Isaac Anaya y los brigadieres Basilio Lami Dozo y Omar Graffigna fueron absueltos.
Las 530 horas del material audiovisual original tomadas en el formato u-matic por el canal estatal, en la película de De la Orden son reducidos a 177 minutos imprescindibles para entender la magnitud de los crímenes del Terrorismo de Estado durante el llamado “Proceso de Reorganización Nacional”.
Se trata de un recorte minucioso del largo juicio, que tiene como base pura y exclusivamente lo que pasó en la sala del Palacio de Tribunales, ordenado en capítulos temáticos, sin voces en off, sin entrevistas ni otras imágenes que las tomadas en el recinto.
Esta austeridad a la hora de construir un relato se asienta en la propia línea de trabajo de la fiscalía encabezada por Julio César Strassera y Luis Moreno Ocampo, que buscaba establecer el plan sistemático de la dictadura en cuanto a la represión y la violación de los derechos humanos, en contraposición a los argumentos de la defensa de los militares, que argumentaban “excesos” de sus subordinados.
En ese sentido, “El juicio” no es de ninguna manera una sucesión de casos que representan los crímenes cometidos por el aparato estatal en manos de los militares durante siete años, sino que con los recursos legítimos del cine construye un relato posible para dejar explícita la enormidad de las atrocidades cometidas por las fuerzas armadas.
Con ritmo de thriller, la película de De la Orden -que dialoga con “El especialista”, del cineasta israelí Eyal Sivan, que también utilizó grabaciones tomadas durante el proceso al criminal de guerra nazi Adolf Eichmann-, estructura la puesta con las requisitorias de los fiscales, los argumentos de la defensa y, claro, los testimonios de las víctimas. Pero se trata de cine, entonces el material crudo, que tiene de por sí un dramatismo demoledor, adquiere otros significados al sumarle los gestos, miradas y actitudes de la parte acusadora y de la defensa, que no responden a la cronología de juicio, pero que dan forma a un relato que ayuda a comprender la magnitud de los crímenes por los que se juzgaron a los militares.
“Feroz, clandestina y cobarde”, “Ni siquiera ciudadanos”, “A merced”, “Estrictamente patrimonial” y claro, “Nunca más”, son solo algunos de los 18 capítulos con que se ordena “El juicio”, que agrupan la brutalidad del aparato represivo que no dudó en torturar a los detenidos, humillarlos, robar sus propiedades – los militares llegaron a tener una inmobiliaria en el barrio porteño del barrio de Belgrano para lucrar con los inmuebles incautados-, ejecutándolos de modo sumario y también a través de los famosos y tristemente célebres “vuelos de la muerte”, sin ningún tipo de proceso judicial al que sí accedieron los acusados y con todas las ventajas de la ley en democracia.
La magnitud del trabajo de “El juicio, junto a la visibilización mundial que alcanzó “Argentina, 1985” sobre el mismo tema, constituye un todo imprescindible para recordar y sobre todo para ayudar a entender a las nuevas generaciones el horror de los regímenes totalitarios, en una época en donde el negacionismo y el avance de los discursos de odio atraviesa a buena parte del mundo.