Estrenan documental sobre personas sin documento: el drama de ser NN en vida
(Por Pedro Fernández Mouján) Darío Arcella es el realizador de “Fui Alan por un año”, un filme documental que se estrena este jueves en el cine Gaumont y que narra a través del testimonio de distintos argentinos el drama de no contar con documentos y todos los problemas, subjetivos y sociales, que trae aparejado.
La película, que tuvo un desarrollo de más de dos años de proceso y producción, abarca casos de jóvenes del conurbano y el sur de la ciudad de Buenos Aires -en un arco que cubre de Isla Maciel a La Matanza-, que, por distintos motivos, no accedieron al DNI y los estragos que esto produjo en sus vidas, así como sus formas de resistencia ante esta adversidad por la cual el Estado no les reconoce existencia, ni nombre ni identidad a ciudadanos de carne y hueso.
“Lo que yo sentí como realizador al hacer la película es que esta cuestión de que no tengan documentos ni estén inscriptos genera un vacío muy fuerte, hay una cuestión de que se sienten como si fueran personas incompletas, ‘No sos nada, son un NN’, dice una de las chicas que participa de la película”, cuenta Darío Arcella.
Aunque no hay censos, el problema de la falta de documentos es una situación compleja y extendida en el país y especialmente en el conurbano, donde hacia 2002, el momento en que se empieza a tomar conciencia del problema, se calculaba que existían 600 mil personas sin documentos, número que en la actualidad descendió a 158 mil por una serie de políticas motorizadas por el Estado y la sociedad civil, pero sigue siendo alto.
“La falta de documentos es una vacío muy grande, el vacío que produce la no identidad, es como una especie de no ser siendo, es arrastrar una situación absolutamente gratuita”, asegura Arcella, responsable entre otros filmes de “La ceremonia”, un viaje cinematográfico al interior del espíritu y la cultura del pueblo Yshir, del Alto Paraguay, estrenado en 2015.
“La única diferencia entre una persona con documentos y otra sin -agrega- es un cuadradito chiquito que te identifica, uno lo ve como algo muy cotidiano tener documento y pierde la perspectiva de lo que significa no acceder a un DNI; es inmenso todo lo que te resta en derechos no tener documento: derechos sociales, derechos como trabajador, estás obligado a trabajar en negro, derechos de andar por la calle, de disfrutar la vida, de soñar un futuro, de proyectar”.
David, uno de los jóvenes que participan de la película que vive en Isla Maciel cuenta, por ejemplo, que durante años tuvo miedo de salir a la calle y se quedó en su casa sin contacto con el exterior, “te para la policía, te agarra por cualquier cosa y ¿qué hacés, vos quién sos? No sos nadie”, dice a cámara, es un joven que por no tener documentos no pudo inscribir una hija como su padre, entre otras cuestiones que atravesó en su vida.
Cristian -de cuyo relato surge el título del filme-, utilizó el documento de su hermano (Alan) para conseguir un trabajo formal; a Magalí, otra de las chicas de la película, le niegan el certificado analítico del secundario y no puede seguir estudiando.
El realizador señala que “no hay un personaje típico que sea indocumentado, sino que se dan distintas circunstancias”, de hecho en una misma familia hay hermanos con documentos y otros sin; hay muchas circunstancias en cada caso, por eso no se puede establecer un perfil.
La responsabilidad de la inscripción es de los padres y durante 40 días, a partir de entonces si un chico no está inscripto se cae en una falta administrativa, que anteriormente era hasta los 12 años y que en 2009 se extendió hasta los 18.
Los problemas más serios surgen a partir de esa edad porque entonces la persona debe iniciarle un juicio al Estado para demostrar su identidad para entonces poder acceder a un documento y, cuenta Arcella, “comienza ahí una carrera burocrática muy poderosa donde no siempre los empleados de la administración pública están capacitados para resolver los problemas y facilitar la resolución y a veces priman las trabas burocráticas que alejan a las personas de la posibilidad de acceder a su identidad”.
“La idea de la película -remarca el realizador y creador del Grupo Documenta- no es mostrar una cuestión de situación sino de vidas, qué les pasa en sus vidas a las personas que no tienen algo tan elemental como un DNI”, ese cartoncito que corrobora ante las autoridades y estamentos administrativos la existencia.
Arcella señala que derivado del latín NN significa “ningún nombre” que es lo que recoge el inglés con No Name y así son catalogados los chicos que no tienen documento, así dice uno de los jóvenes en la película: “Yo soy Cristian Gutiérrez, catalogado como NN”. “A los fines del Estado no existís, y la película retrata ese fenómeno”,
“Fui Alan por un año”, quinto largometraje documental de Darío Arcella tendrá preestreno mañana, martes, en el Centro Cultural Kirchner, donde el realizador llegará junto con los chicos que protagonizan el filme, y a partir del jueves se verá en el Cine Gaumont.
Luego recorrerá el país a través del circuito de salas Incaa en abril en El Palomar y Quilmes y más tarde se verá en Unquillo (Córdoba), Caseros, Tandil (Provincia de Buenos Aires), Cipolletti (Río Negro), Zapala (Neuquén) y Villa María (Córdoba).