jueves, abril 18, 2024
CIUDAD

Queja vecinal por el abandono y la inseguridad en la plazoleta Belgrano

Un grupo de vecinos que vive en torno a la plazoleta “Manuel Belgrano”, en plena zona céntrica de Ramos Mejía, manifestó sus quejas por la falta de inversión por parte de la comuna en este espacio público que debería ser un ámbito de recreación para el vecindario.

Una de las frentistas, en diálogo con De Ramos Digital, sostuvo que los años de desinterés por parte de las autoridades en arreglar la plazoleta, ubicada en la esquina de las calles San Martín y Moreno, derivó en la rotura de las veredas, en la acumulación constante de basura y en una creciente inseguridad.

Las raíces del árbol añoso que forma parte del hábitat natural de este espacio público levantan las veredas con el consecuente peligro que representa para los transeúntes, en particular para los adultos mayores, que en más de una oportunidad se cayeron por los desniveles de la acera.

Para empeorar el panorama, sobre la calle Moreno, desde las 11:00 hasta las 21:30, se estacionan diariamente entre dos y tres camionetas cuyos ocupantes utilizan el lugar como base de operaciones para recolectar los cartones del centro comercial y efectuar la separación del material.

“Son cinco o seis personas por camioneta, con chicos incluidos, que se quedan todo el día y, para colmo, utilizan el paredón de la verdulería como baño, lo que empeora la situación del lugar”, sostuvo Patricia, que pidió no revelar su apellido por cuestiones de seguridad.

Por otra parte, los vecinos sostuvieron que por las noches van a dormir vagabundos al desnivel en el que está ubicado el mástil y en las paredes que brindan reparo contra el viento. “A los borrachos que están de día en la Plaza Mitre los echan por la noche y van a dormir a la plazoleta y, lo peor, es que no dejan limpiar al barrendero”, sostuvieron.

“Hace una semana les pedí que se levantaran para que el barrendero pudiera limpiar y me insultaron reiteradamente y, como saben quién soy y dónde vivo, me escupieron el parabrisas del auto”, contó otra vecina.

Como si fuera poco, la plazoleta también es utilizada por los habitués de la cervecería aledaña que en la madrugada continúan tomando en este espacio público, lo que termina de conformar un panorama tortuoso para los habitantes del barrio.

Patricia, una de las vecinas que más se preocupa por modificar esta realidad, explicó que hizo la queja ante la municipalidad y que desestimaron sus reclamos porque el espacio público “no es considerado una plazoleta, sino un final de cuadra”.

La calidad de vida de los habitantes del barrio se ve deteriorada por la desidia de las autoridades que sumieron en el olvido a la plazoleta que, además, se transformó en el dormitorio de vagabundos, en la extensión de las noches de ocio de la cervecería y en el lugar de trabajo de cartoneros.

La plazoleta “Manuel Belgrano” se convirtió en muchas cosas, menos en un lugar público de esparcimiento y recreación para los habitantes del barrio.