lunes, diciembre 2, 2024
ENTREVISTAS

“El funcionamiento del hospital público hoy genera desigualdad”, aseguró Bonetto

Por Hanna Silva y Andrea Castrignano.

“Nosotros como gremio peleamos por las condiciones laborales de los trabajadores, pero también defendemos la salud pública. Queremos una atención de calidad, que el hospital siga atendiendo de forma gratuita y que no haya ningún tipo de discriminación”. 

Con estas palabras la presidenta de la seccional CICOP en el Hospital Paroissien, Valeria Bonetto, sintetizó los reclamos que el gremio realiza para que el nosocomio público que funciona en territorio matancero brinde un servicio de salud acorde a las necesidades de los sectores más humildes.

La dirigente sindical indicó las necesidades que deberían atender las autoridades provinciales para mejorar la calidad del servicio. En tal sentido, explicó que “se necesita el doble del personal para la atención, porque la demanda es altísima. En cardiología el servicio es muy reducido y ahora lamentablemente con las secuelas que dejó la Covid hay muchos de pacientes que necesitan atención”. 

Las falta de profesionales que atiendan en los consultorio provoca que se formen largas colas para sacar un turno. “La lista de espera es muy larga para la atención en consultorio, y ni hablar para cirugía que es un tema muy complicado. Vienen pacientes a buscar turno y no obtienen algo inmediato, sino que tienen que esperar meses. Por eso, lamentablemente, damos diez turnos por día”.

Bonetto explicó que las personas que llegan para atenderse en el hospital se disgustan especialmente con los servicios de cirugía y traumatología, que son los sectores más problemáticos del Paroissien.

“Hay personas que se atienden por la guardia con mucho dolor, por ejemplo, con cálculo en la vesícula, entonces se les pone suero, se les calma el dolor y se les explica que tienen que sacar turno para cirugía. Entonces, van y resulta que tienen una lista de espera de 200 personas. La consecuencia es que tal vez pase un año en el que el paciente regrese numerosas veces con complicaciones, dolores y con el riesgo de empeorar”.

La gremialista sostuvo que ocurre algo similar con el servicio de traumatología, en los casos de pacientes que necesitan operarse para que se les coloque una prótesis e ingresan a lista de espera, por lo que necesariamente hasta que se realice la cirugía regresan regularmente a la guardia para que se les calme el dolor, lo que le genera al paciente una mala calidad de vida porque no pueden caminar. 

La paradoja está en que si “hay traumatólogo en consultorio (que igualmente siempre falta), no hay una respuesta para darle porque no podemos operar. Tenemos pacientes esperando, internados un mes, porque el ministerio no aprueba la prótesis, como un reemplazo de cadera. Entonces, tenés un paciente ocupando una cama, con el gasto que eso significa, esperando para poder caminar”, ejemplificó Bonetto.

El funcionamiento del hospital público, entonces, genera desigualdad entre los habitantes indicó la médica pediatra. “No es lo mismo una persona con prepaga, que entra y a la semana ya está operada, que una persona atendida en un hospital público donde no tiene posibilidad de atención inmediata. Ya sea por la prótesis o porque no hay anestesista y no se puede operar”, indicó.

Por lo tanto, las problemáticas se combinan: la falta del insumo como la anestesia impide que se pueda realizar una operación. Además, hay pocos anestesistas y sin ellos los cirujanos no pueden realizar intervenciones, aseguró la sindicalista 

Para Bonetto el problema se encuentra en “la falta de presupuesto, la decisión política (para decidir adónde va el dinero), y la falta de gestión. Las jefaturas no gestionan, no exigen ni solicitan de parte de la dirección. Por supuesto, todo pasa por el dinero, decisión política y la capacidad de gestionar bien. Esta mal que falten ciertas cosas y la jefatura no esté pidiendo personal para atender como corresponde a los pacientes. Con respecto a los pacientes, entonces se puede decir que no tienen acceso a la salud de forma integral como corresponde”, sostuvo. 

Los exigencias de la época también representan un desafío para las autoridades del hospital y Bonetto lo explica con un ejemplo: “prometieron que iba a haber un equipo para atender las diversidades y disidencias y no hay. Si viene un chico trans no tiene acceso a una atención de salud integral, algo que como gremio venimos reclamando. Con respecto a derechos sexuales, reproductivos y no reproductivos, hemos tenido una falta importante de métodos anticonceptivos”.