viernes, abril 26, 2024
ENTREVISTAS

Entrevista a la presidenta de la seccional de CICOP en el Hospital Paroissien, Valeria Bonetto

Por Hanna Silva y Andrea Castrignano.

La médica pediatra Valeria Bonetto es presidenta de la seccional CICOP en el Hospital Paroissien desde hace casi 10 años, cuyo presupuesto proviene de la Provincia de Buenos Aires.

Los trabajadores del nosocomio luchan contra las consecuencias derivadas de la construcción del edificio sobre un terreno inundable, que empeora ante la falta de mantenimiento, la escasez de recursos humanos y de numerosos insumos.

¿No hay mantenimiento porque no hay personal?

Hay falta de gente. Queremos más personal para que pueda ocuparse del mantenimiento pero, a la vez, no sólo necesitás personas sino materiales. Cuando se rompe un vidrio necesitás los materiales y la persona que lo arregle. Lo mismo con las canillas que se rompen y pasan años en ese estado. Hay un deterioro cada vez mayor. Entonces, hay que hacer hincapié en la falta de presupuesto y de decisión política para que el hospital mejore. 

Aparte, siempre está el riesgo de que se inunde. Hay cinco bombas que permanentemente funcionan en la parte del sótano. Ha pasado que en algún momento por falta de mantenimiento dejaron de funcionar correctamente y se inundó la parte de abajo. Hay problema de napas y siempre está el riesgo de que se inunde. 

¿Hace cuánto que vienen con estos reclamos por personal?

La lucha siempre fue para conseguir personal, planteles completos, que tengamos profesionales médicos, psicólogos, kinesiólogos, entre otros. Además, falta gente de limpieza. Lo que logramos con la lucha del gremio es que el personal de limpieza vaya pasando a planta. Desde la CICOP -y esto es una bandera que levantamos en todas las marchas y en todas las actividades que hacemos-, estamos en contra de la precarización laboral. 

Por ejemplo, yo ingresé como becaria, que en realidad es un trabajo precario porque no tenés ningún tipo de beneficios con respecto a licencias, descuentos previsionales y falta de derechos laborales en general en relación con las personas que están en planta. Entonces, de acuerdo con la ley 10.471, no se debería estar más de un año con beca, no obstante, hay gente que está en esas condiciones cuatro o cinco años. 

¿Lo mismo ocurre con los empleados municipales?

Sí, lo mismo pasa con la ley municipal, la que rige a los empleados comunales. La gente de limpieza eran los que más estaban precarizados pero fue menguando. Sin embargo, con la pandemia volvieron nuevamente las becas, cosa que rechazamos firmemente. Volvieron para profesionales y ni hablar para los no profesionales, ahora hay que seguir luchando para que pasen a planta. 

Reclamamos que se completen los planteles de planta. Está ingresando personal para la guardia, aunque muchos menos de planta. Esto significa que las personas que deberían estar atendiendo en los consultorios son cada vez menos porque el gobierno le da prioridad a la atención de la guardia y no tanto a la prevención. 

Además, nos faltan especialidades. Algo que históricamente se reclama debido a que es un hospital de mediana complejidad, pero el mayor de La Matanza, entonces no podemos no tener oftalmología o endocrinología. Tenemos pocos infectólogos y tuvimos que atravesar una pandemia con este grupo reducido. Contamos con un equipo de pocos profesionales para el tratamiento de HIV, del cual somos referentes, lo mismo para atención de neumología, donde somos referentes respecto a tuberculosis. 

¿A qué se debe la falta de personal?

Hay dos cosas importantes que marcan esta falta de personal, por un lado, tiene que ver con que hay profesionales que no quieren venir al sistema público de salud y, entonces, van al sector privado. Incluso a veces van a lugares donde están precarizados, porque son monotributistas, pero pagan mejor. Por lo tanto, no vienen por sueldos bajos y las condiciones malas. 

Incluso las residencias que tenemos en la mayoría de los servicios, como traumatología y cirugía, quedan vacantes porque no quieren venir a formarse en un hospital público. Todo tiene que ver con el bajo salario y malas condiciones laborales.

Por otro lado, no hay personal porque faltan nombramientos (posibilidad de que la persona ingrese al sistema de salud), no como becario sino como interinos y al año deberían darle la posibilidad de concursar el cargo y que, por mérito, se ingrese a la carrera hospitalaria. 

Nosotros peleamos mucho porque sea por mérito y no por dedo. Al ingresar a la carrera hospitalaria se obtienen derechos, trabajo estable, licencias parentales. O sea, hay lugares donde tenemos gente interesada pero faltan nombramientos. 

Hay reclamos permanentes por la falta de insumos

La falta de insumos es algo que siempre venimos reclamando. En una época no había suero o algunos medicamentos, puede estar en falta cualquiera. Ha pasado de no tener medicamentos y debimos suplantarlos por otros que no son los que corresponden. 

Los medicamentos no pueden faltar, los materiales descartables y sueros tampoco. El paciente siempre tiene que tener acceso a ese insumo si lo necesita porque genera desigualdad en el acceso a la salud. Si tenés dinero vas a una prepaga, si tenés suerte de tener un trabajo formal contás con obra social. Y el que no tiene trabajo o está desocupado tiene que hacer grandes colas y esperar un año para operarse una vesícula. 

Si el hospital no tiene un insumo determinado y se le pregunta al paciente si puede comprarlo cuando muchas veces no puede. Quiero hacer hincapié en la desigualdad que hay. 

El tema de los insumos es algo que no es constante. No tenés insumos por un tiempo y en una semana empieza a llegar. Después a la otra semana te empieza a faltar otro. Siempre estamos atrás de que no falten pero tenemos una provisión irregular.

También hay reclamos por la inseguridad

La verdad, entrar al hospital es un riesgo enorme. Especialmente para las personas sin vehículo porque falta iluminación. 

Tenemos policía, pero no están dentro del hospital, sino en las puertas y en lugares estratégicos. Por lo tanto, queremos cuidadores hospitalarios, cámaras y que los policías estén en los lugares de acceso. 

No queremos personal armado acá pero, lamentablemente, con los hechos que ocurrieron se mezcla el reclamo y muchas veces tenemos la policía recorriendo los pasillos con armas. 

Hemos tenido compañeras que entraron a trabajar y han sido abusadas, robadas, golpeadas. Hay una compañera que todavía no se pudo reincorporar porque esta con una carpeta psiquiátrica, con depresión severa. 

Venimos reclamando y, a raíz de estos reclamos, hay un policía en la puerta de Ruta 3, otro en el acceso al edificio. Hay trabajadores que entran a las 6:00 y salen a la medianoche, por lo que no es nada seguro para los compañeros. 

Pero también, lo que ocurre regularmente, es que luego de un tiempo los policías destinados al hospital ya no están o no funcionan las cámaras, entonces hay que volver a reclamar. Viene gente del ministerio, mira el sector perimetral y dicen que van a poner todo un alambrado o una pared, como nos han dicho hace tres años y nos siguen robando. La situación nos genera malestar, desgaste, porque el reclamo es contante y tenemos logros parciales. Y los acuerdos para reforzar la seguridad que se obtienen con mucho esfuerzo al poco tiempo se caen.