jueves, abril 25, 2024
ANÁLISIS

Diputados dio un paso importante para expropiar Cromañón

Por Julieta Galera

Fotos: Andrés Pelozo

Tras una bochornosa sesión en la que la política quiso usufructuar con la victoria que se vaticinaba, el proyecto de expropiación y declaración de utilidad pública de Cromañón y el Santuario de Once, ubicados en Mitre al 300 en el barrio de Balvaneda, para construir un espacio de memoria fue aprobado por unanimidad.

La media sanción del proyecto presentado por la Mesa Unidad Cromañón – integrada por colectivos de víctimas sobrevivientes y familiares de víctimas de Cromañón-, redactado por la diputada del Frente de Todos, Paula Penacca, y firmado por diputados de 11 bloques, es el resultado contundente de casi de 18 años de lucha colectiva.

De izquierda a ultra derecha, con argumentos que iban desde la anticorrupción hasta el anti-Estado, todos los bloques habían adelantado su voto positivo y confluyeron en el reconocimiento a la lucha colectiva de las y los jóvenes sobrevivientes y de las familias de las víctimas fatales de Cromañón; en la importancia de la transversalidad de esta ley en este momento político; y en la relevancia de que el espacio donde funcionó el boliche República de Cromañón, que terminó en una masacre que dejó 194 víctimas fatales y más de 4500 víctimas sobrevivientes, se convierta en un espacio de la memoria colectiva como reparación simbólica para las víctimas.

La Mesa Unidad Cromañón consensuó este proyecto transversal sin banderas políticas. Las diferencias entre las organizaciones existen pero todos comparten la convicción de que “ni las bengalas ni en rock and roll, a los pibes los mató la corrupción” y en que en la figura de Aníbal Ibarra, ex Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, la corrupción política quedó impune.

Y este fue el punto clave del que se agarraron el bloque de la alianza Juntos por el Cambio, Evolución Radical y Avanza Libertad para convertir el recinto en un “gallinero”, mientras la diputada Penacca, autora del proyecto, argumentaba su voto.

Al respecto, Sabrina Klein, del colectivo Ni olvido ni perdón, dijo; “nosotros presentamos un proyecto no partidario. La última parte la vivimos con tensión porque sentimos que podíamos quedar fuera otra vez. Y ya el cuerpo no resiste. Yo voy por mi segundo cáncer peleando, es una falta de respeto lo que pasó”.

En diputados se vivió un momento “bochornoso” en el que todo el arco político, salvo el FIT, hizo prevalecer su “miseria política”. La sesión se le fue de las manos a la diputada Cecilia Moreau, presidenta de la cámara baja, con una oposición que parecía que en cualquier momento podía abandonar el recinto con mucha hipocresía, porque, en este tema no hay grieta. Las dos fuerzas políticas principales del país son parte del problema. Mientras unos cargan con el peso de haber escudado en sus filas al principal responsable político de la masacre de Cromañón, Aníbal Ibarra, otros han arribado a la vida política institucional carroñando Cromañón desoyeron durante años muchos de los reclamos de derechos de las víctimas sobrevivientes y familias de víctimas de Cromañón y le dieron la espalda dos veces al proyecto de expropiación de Cromañón en la legislatura porteña, que nunca fue tratado y perdió estado parlamentario.

En ese sentido, Fabiana Puebla, de Movimiento Cromañón, expresó que “la última parte se vivió con mucho nerviosismo. A mí me sacó cuando se empezaron a pelear, es una falta de respeto a los familiares y sobrevivientes que estábamos ahí. Los trapitos se los tienen que guardar y lavar afuera”.

Finalmente, se votó, la expropiación obtuvo media sanción, los bloques de Juntos por el Cambio, Evolución Radical y Avanza Libertad abandonaron sus bancas y, al perderse el quórum, la sesión se levantó.

Sabrina Klein, expresó: “lo que se viene es un paso más, estamos cerca pero cuánto nos costó. Nos costó la vida a muchos compañeros, nos sigue costando vida a los que quedamos, a la familia. Necesitamos que esto termine de una vez porque el cuerpo y la cabeza ya no nos da más.”

Por su parte, Bernabé Galera, de la organización 30 de diciembre, manifestó: “esto es un logro groso. Tenía muchos nervios y ahora estamos con energía renovada, con muchas ganas y fuerza para seguir luchando igual porque esto no terminó”.

“Por suerte, prevaleció la memoria. Siento que se viene un camino de mucho laburo, pero sé que va a llegar a la cámara alta con el mismo compromiso que se tomó acá y esperamos que en el senado voten a favor”, culminó Brenda Re, integrante de Movimiento Cromañón.