Miles de personas asistieron al festival en apoyo a Télam.
El evento fue realizado frente al Congreso de la Nación
Foto/Andrés Pelozo
La persistencia es una forma de resistencia. Así lo comprenden las trabajadoras y trabajadores de la agencia Télam y los medios públicos que en la soleada y calurosa jornada del sábado consumaron una expresión popular y colectiva cargada de rabia y movilización para rechazar el intento de cierre que promueve el gobierno de Javier Milei.
Miles de personas se congregaron frente al Congreso de la Nación en un Festival organizado por el SiPreBA, que tuvo su cenit con la voz política que reflejan las canciones de La Bersuit. La noche fue clausurada por La Perra que los Parió, banda liderada por Nahuel Amarilla, trabajador de la agencia.
A cinco meses de la asunción del nuevo gobierno, Télam –y con ella la idea de un medio público de noticias y publicidad- no ha podido ser desguazada por la “motosierra” que se propone como política frente a las manifestaciones de la cultura.
En otro contexto sería inverosímil ubicar a cualquier espacio de encuentro musical, por esa sólo condición, como una referencia de oposición a la administración oficial. Sin embargo, desde el gobierno de Javier Milei se empecina en conseguir esa unidad: en pocos meses avanzó sobre todo el arco de la comunicación y la cultura. Al silenciamiento de Télam se suma la amenaza sobre el resto de los medios públicos, la intervención del Enacom, el desfinanciamiento del Incaa, el ahogo a las universidades nacionales y la liberación de precios de la telefonía celular, el cable e internet. En ese contexto toda expresión artística se vuelve contestataria. Porque no tiene más camino que defenderse a sí misma. La grilla de artistas que desfiló en el Festival de Télam fue un ejemplo de esa reacción.
La Bersuit, que desde fines de los ’90 supo retratar un tiempo social de la Argentina, protagonizó uno de los momentos más enérgicos del Festival. La banda que comenzó en su carrera en Oliverio y que transitó todos los rincones del under antes de su explosión popular, ofreció desde su primer éxito, “El tiempo no para”, del fallecido compositor brasileño Cazuza, hasta sus canciones más recientes.
Antes ya habían subido al escenario con Ariel Prat, un músico popular que recupera la tradición de la canción rioplatense para ofrecer una música que, aunque combina diferentes lenguajes, desde la murga y el candombe hasta el rock, se anida finalmente en un registro de raíz porteña.
Desde las 14 el Festival de Télam representó a una diversidad de estéticas: la rítmica de La Chilinga, la fuerza colectiva de las mujeres reunidas coralmente en Cantaratas, el set de cuerdas y percusión liderado por el charanguista Rolando Goldman, pero también la puesta para las infancias de Aguafiestas, Yacaré Manso, Willy Bronca, Barbi Recanati, La Chancha Muda y la potencia de La Perra que los Parió que sumó como invitados a Edu Schmidt y a Beto Olguín de Los Pérez García.
“La victoria es nuestra. Acá nadie abandona”, dijo Carla Gaudensi, secretaria general de la Federación Argentina de Trabajadores de Prensa (Fatpren), sobre el escenario. “En esta Argentina no sólo están en conflicto los medios públicos, también la universidad, la cultura y los sectores del trabajo. Hay que derrotar el modelo”, completó Agustín Lecchi, titular del Sindicato de Prensa de Buenos Aires (Sipreba).
El Festival fue una expresión de lucha, pero también una celebración. Habrá que establecer que la relación entre la agencia Télam y las expresiones musicales que subieron en la noche del sábado al escenario no es nueva. En 2000, cuando el gobierno de Fernando de la Rúa prometió una drástica reducción de Télam, artistas de todas las vertientes sumaron su voz en la puerta de la agencia sobre la calle Bolívar. Hilda Herrera, Manolo Juárez, Raúl Carnota, Miguel Cantilo, entre más, manifestaron su solidaridad. Y en 2018, cuando Mauricio Macri, despidió al 41 por ciento de la planta, otro mega festival, esta vez sobre Avenida Belgrano, reunió a una multitud con La Delio Valdez, Karamelo Santo, La Perra que los Parió, Franco Luciani, entre otros artistas.
La presencia de artistas alternó en el escenario con la de grupos sindicales: unos traían sus canciones y otros reclamaban por la derogación del DNU; la intersindical de Radio Nacional marcaba su presencia solicitando a los políticos que se sumen a la defensa de las fuentes laborales e impidan el desguace de los medios públicos. Sumaron adhesión con su presencia el ministro de Infraestructura y Servicios públicos bonaerense, Gabriel Katopodis, y Taty Almeida, integrante de Madres de Plaza de Mayo Linea Fundadora.
Los trabajadores de Télam se encuentran dispensados desde el lunes 4 de marzo, y mantienen un acampe las 24 horas en las puertas de las dos sedes de la empresa, ubicadas en Bolívar 531 y avenida Belgrano 347.
En la noche del 1 de marzo, en su mensaje ante la Asamblea Legislativa con el cual dejó inaugurado un nuevo período de sesiones ordinarias en el Congreso, el presidente Javier Milei ratificó –por cadena nacional- su intención de cerrar Télam y argumentó que fue utilizada “durante las últimas décadas como agencia de propaganda kirchnerista”
En la medianoche del domingo 3, las dos sedes de Télam en la ciudad de Buenos Aires fueron valladas y personal policial se apostó en los ingresos para impedir la entrada de los trabajadores.
Fotos: A:.P:.
Fuente: Télam