La película “Argentina 1985” motivó la reflexión de la comunidad sobre la importancia de la democracia
Por Gustavo Barresi, presidente de la Unión Cívica Radical de La Matanza
La película “Argentina 1985” es otra de las tantas muestras de progreso del cine nacional y se calcula que ya pudieron verla más de 200 mil personas y se convirtió en un éxito rotundo. Muchos se preguntan el por qué.
Es menester analizar las circunstancias, la particularidad del momento en que vivíamos y transitábamos. A mediados de los ´70 recrudeció un proceso que ya se venía desarrollando en todo el mundo, la Revolución Cubana, el Mayo Francés, Vietnam: un proceso mundial que pedía a gritos la paz.
En América Latina se vivía un proceso de inestabilidad en la región, golpes de estado, represión y la Argentina no fue la excepción: el golpe de 1966, la Noche de los Bastones Largos, un incipiente malestar, la vuelta de Perón al país, su posterior fallecimiento, la aparición de la células como Far-Montoneros-ERP y la construcción del terrorismo desde el Estado (triple A,) el Rodrigazo, la división de las centrales obreras, la inestabilidad económica-política, el plan de aniquilamiento…y como consecuencia el nefasto golpe de Estado del ´76.
Sus dramáticas consecuencias fueron el deterioro de la economía nacional y regionales, una política económica para la dependencia, terror secuestros, exiliados, desaparecidos, muertes y un plan macabro de apropiación de bebes y niños y ni mencionar la Guerra de Malvinas.
En el ´83 se respiró y se vivió aire de libertad y de cambio con el triunfo de Ricardo Alfonsín. La vuelta de la democracia generó esperanza y un Radicalismo renovado y progresista a cargo del Gobierno empezó a cristalizar las promesas de campaña.
Derogó la ley de Autoamnistía del Gobierno de facto, creo la CONADEP, después le devolvió a la universidad su autonomía e inicio el proceso del camino al juicio, no sólo de las juntas militares, sino de aquellos civiles que actuaron al margen de la ley. Además, concretó el tratado de paz con Chile, entre otros logros.
El retorno a la democracia renovó las ganas de vivir en paz con justicia y esperanza, en tanto, se experimentó un rejuvenecimiento del arte, la cultura, el respeto y las ganas de comenzar a construir otro presente.
Los que vivieron y vivimos parte de todo eso, soñaron y soñamos con que quizás el siglo XXI sería más solidario, justo, con más derechos y libertades.
Y por eso quizás los cientos de miles de espectadores salen conmovidos y emocionados al ver la película, aunque todo parezca perdido aunque siempre con la esperanza de hacer realidad de una vez por todas aquel rezó laico:
Constituir la unidad nacional, afianzar la Justicia, consolidar la paz interior. Y vivir en un ambiente más justo sano y equilibrado para las nuevas generaciones.
Ojala así sea!! En eso estamos muchos, en la construcción de un país más justo con nuevos derechos y más libertades, aquellas que quedaron inconclusas y nos hacían soñar en esa primavera democrática.
A aquellos soñadores y locos que ya no están y dieron todo por una país independiente libre y soberano, seguiremos su sueños como antorchas de equidad e igualdad.